Oscar ya estudiante de biología y buscando capacitarse en fotografía se entera por la prensa, que el Museo de Zea (hoy Museo de Antioquia) va a dictar un curso de fotografía en las noches, martes y jueves, llama y el fotógrafo Argemiro Vélez que es quien va a dictar el curso le hace una pequeña entrevista y le dice que este curso es para fotógrafos que no estén interesados solo en la parte técnica sino en indagar en la parte creativa y experimental. Unos días después un empleado del museo le informa que fue aceptado. Esta es la primera vez que Oscar puede compartir con un grupo variado, muchos de ellos ya profesionales, de personas con interés en la fotografía, así martes y jueves Oscar va a este taller que una vez finalizado era frecuente que terminara en tomada de tinto con los mismos integrantes y el mismo tema, la fotografía.
Esta experiencia fue fundamental para Oscar el fotógrafo, pues le abrió un mundo nuevo de lo que era la fotografía mucho de ello aportado por el maestro Argemiro y mucho dado por sus compañeros que, la gran mayoría, lo superaba en edad y experiencia en la fotografía y en la vida. Acá nace una amistad que dura hasta hoy con Jorge López fotógrafo y diseñador con el que realizó varios proyectos fotográficos.
Al finalizar el semestre que duró el curso el museo programó una exposición de los trabajos de los alumnos, realizando así Oscar su primera exposición fotográfica.
